21 - Martes 30 de Marzo de 2011 - Villa O'Higgins

En Villa O'Higgins Tim y Joe buscaron el sitio gratuito del que me habían hablado los alegres escoceses que me encontré al final del Camino del Infierno. Y yo me dirigí directamente al albergue El Mosco, aquel regentado por un gallego del que había oído hablar hace 1000 km y a quien tenía curiosidad por conocer.
El albergue es el mejor que he conocido hasta ahora, con un salón-cocina superacogedor. Pero el gallego... ay, el gallego. A lo largo del tiempo que pasé ahí (no llega a 48 horas) me habló mal de todo cristo: de su empleado, de los vecinos, de Tim y Joe por viajar con poco dinero, de los alojados y los por alojar, del lodge que están construyendo enfrente (al que amenaza con prender fuego)... vamos, no lo quiero decir pero se me va a escapar. Un gallego resentido y desconfiado. Vaya,se me escapó.
Después de dos días escuchando sus lindezas, llegué a la conclusión de que un ser tan deleznable no se merecía mi dinero y me fui al sitio donde estaban Tim y Joe.
Allí fue donde conocí a Mauro, el Pajarero, un tío de putísima madre. Está construyendo un eco-cámping en medio de un bosque de lengas, ñires y coihues, con baño seco, plataformas para poner las tiendas y no joder el sotobosque, agua de río... una pasada de sitio.

Acoge a todo aquel que quiera estar allí a cambio simplemente de disfrutar de su presencia y conversación, si bien todo el que pasa por aquí se dedica a ayudar en la construcción.

Aquí vivió Mauro todo el invierno pasado. El invierno de acá. La madre que lo parió
Mauro es un jipi de Temuco que ha vivido en mil sitios, siempre trabajando en temas turísticos y ecoturísticos. Hace años vino por aquí y se dio cuenta de que este era El Sitio. Aparte del cámping, ofrece rutas de montaña interpretadas, rutas de avistamiento de aves y pesca con mosca en cualquiera de los miles de ríos y lagos que hay en los alrededores. Su movida está en esta página web: http://www.tsonek.cl/
Entiendo que haya querido venir a vivir aquí, porque el entorno es acojonante, muy salvaje -de lo más que he visto hasta ahora- pero Villa O'Higgins me parece una comunidad muy dura para un forastero. La mayoría de los habitantes son unos malencarados, con ninguna alegría de vivir ni intención de hacerte sentir bienvenido. El aislamiento (es la última población de la Carretera Austral, el culo de Chile) y el rigor climático (llovió e hizo mucho frío durante todos los días menos uno, que sólo hizo mucho frío) pueden ser la causa, pero desde luego la personalidad de Mauro contrasta totalmente con el ambiente reinante.
El gobierno de Chile emplea mucho dinero en mantener contentos (económicamente) a los habitantes de Villa O'Higgins. Subvenciona el transporte -bus y avioneta-, tiene una biblioteca impresionante, la escuela -superequipada- tiene 6 alumnos por profe, y los sueldos de los funcionarios son el doble que en el resto del país. Lo de mantener contenta (económicamente) a la gente se debe a la situación de poblamiento estratégico en los conflictos fronterizos con Argentina, el último de los cuales, con tiros entre gendarmes y carabineros, fue en los años 90. Pero el hecho es que los habitantes no parecen muy contentos de vivir aquí. O, quizás, simplemente de vivir.
Aprovecho para contar aquí que los argentinos odian más a los chilenos que los chilenos a los argentinos o, al menos, lo proclaman más. Las ocupaciones de Tierra de Fuego y la Patagonia por parte de los argentinos y el uso de bases chilenas por el ejército británico cuando la Guerra de Las Malvinas son los argumentos más escuchados.
Los siguientes 5 días Mauro, Tim, Joe y yo los dedicamos a trabajar en la construcción del cámping: arreglar el tejado del ruco (chamizu) de arriba, poner piedra en la entrada del ruco de abajo, limpiar y adecentar la parcela, acabar los baños secos y, lo más molón de todo, construir una escalera de acceso a la parcela.

Antes
Durante
Después
Antes
Después
Más después
Disfruté un montón. Aparte de dar rienda suelta al síndorme de "es-que-llega-un-momento-en-que-necesito-sentir-que-hago-algo-con-las-manos" propio de paisanos en la treintena y que hace que flipemos en las ferreterías, aprendí a usar más o menos bien el hacha, a transportar tablones enormes sobre el hombro (que no es una pijada) y... ¡a usar la motosierra!
Servidor sintiendo el poder y con ganas de cortar TODO
Además se me designó como chef de Tsonek. Esto es muy curioso, porque yo no soy especialmente cocinitas, pero en el país de los ciegos... Entiendo que fliparan con la fabada o con los bizcochos que me curré, pero es que cosas tan simples como poner cebolla y béicon sobre pan y meterlo en el horno, o tan simplérrimas como frotar ajo en el pan caliente y echarle un chorrín de aceite, provocaban que me hicieran la ola varias veces al día. No sé, será fruto de años de soltería y nevera prácticamente vacía, pero me hace preguntarme qué comen habitualmente para que esas cosas les llamen tanto la atención.

Anda que no molaría tener una de estas en el Fontán
También hubo algo de carrete (os refresco el vocabulario: "juerga") en el que unos acabaron peor que otros.

Por cierto, Tim y Joe tienen 21 y 18 respectivamente. Toma ya
Pero todo tiene su fin (y está bien que así sea) y como Mauro tenía que irse a Coyhaique a una minga (sestaferia) en casa de unos colegas y, de paso, ver a su moza, planeamos la manera de ir juntos hasta allá. Yo estuve muy dudoso sobre si saltarme de golpe 500 km de Carretera Austral, con las ganas que tenía de empezarla, pero tras una enconada lucha interna decidí que tenía que poner en práctica lo aprendido en El Paine y no hacer lo que se supone que tengo que hacer o lo que me impongo a mí mismo, sino hacer lo que me apetece hacer.Y lo que me apetecía hacer era seguir viaje con ellos y currar en la minga con la gente, aún desconocida, de Coyhaique.

Mauro, un tío de putísima madre
Y nosotros también




Una imagen llena de plasticidad
Este cartel recibe a los visitantes en Tsonek
Ya que Mauro estça muy metido en el tema, aprovecho aquí para culturizaros un poco (que buena falta os hace y, además, no todo va a ser leer mis pijadas) y hablar del tema de las represas en Patagonia.
En toda la regiçon de Aysçen hay un fuerte movimiento de oposición al aprovechamiento hidroelçectrico de sus cauces llamado Patagonia Sin Represas. Por todas partes se ven carteles, pegatinas y pintadas en contra.
Sin embargo, y como es lógico, gran parte de la población está a favor, aunque hacen menos ruido.
El promotor de estas obras hidrçaulicas es HidroAysen, que no es más que el nombre que ha adoptado ENDESA (sí, la transnacional de origen español) para ser más friendly con los pobladores. Entre otras cosas ha dotado de wi-fi a Villa O'Higgins y promete miles de puestos de trabajo en la zona.
La gente que tiene restaurantes, tiendas o, en general, negocios en la zona, está encantada. Opinan que las represas van a traer el progreso a la Patagonia (no olvidemos que es una región dura y aislada) incluyendo el asfaltado de la Carretera Austral y algo que desean fervientemente: la telefonía móvil.
Entre los argumentos en contra -obviando los consabidos efectos que los pantanos tienen sobre cauces, valles y cuencas- están las pistas que tendrán que abrir por tierras totalmente salvajes, el trazado y clareo de las líneas de transporte eléctrico hasta centro y norte de Chile o lo que puede suponer traer miles de trabajadores (varones) de la constru a comunidades de pocos cientos de habitantes y lo que les puede apetecer hacer un viernes por la noche.
A guisa de ejemplo de cuán calentita está la cosa: En Cochrane (un pueblo del que hablaré próximamente) me paré a hacer una foto a una casina muy guapa, y como llevo pantalones de curro, la señora salió hecha un basilisco a preguntarme si era de HidroAysén. Le dije que no, pero no parecía muy convencida. Ni muy friendly tampoco.

Este ralla en la demagogia
El Río Baker (pronúnciese "báquer"), uno de los afectados


6 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajajajaj!! dejate el tema de los cuadriceps pa los obesionaos con los cronos como yo!!

cuando vuelvas un cara a cara en la mecagoendió, sin medias tintas!

abrazo!!

Anónimo dijo...

Impagable la imagen saliendo del WC, sobre todo por el detalle de los dedinos asomando, que bueno!!!!

YO, ME, MÍ, CONMIGO dijo...

Supongo que el primer anónimo es Peque, pero ni idea de quién es el segundo.

Vikinga dijo...

Pues vaya, yo pensé que te había sensibilizado un poco con aquellos grandes olvidados, los peces, pero ya veo que ni los citas. En España las obras hidráulicas son la mayor amenaza para las especies piscícolas. En fin. Ya sé a quien llamar cuando necesite unas escaleras, os quedaron de puta madre, la verdad. Un besín

Anónimo dijo...

El gallego del que hablas ya no está, se fue para siempre en diciembre de 2014, en su Galicia natal. Aquí lo puedes ver. http://www.riopascua.cl/blog/2012/12/fallece-en-espana-jorge-salgado-creador-de-el-mosco-y-vecino-de-la-villa/

YO, ME, MÍ, CONMIGO dijo...

Hola Anónimo:
Pues sí, ya veo. Y veo también que cuando alguien muere se convierte automáticamente en santo.
¿Y ahora qué pasa con El Mosco? ¿Alguien va a continuar con él? Porque el sitio era muy bueno.
¿Sabes qué tal le va a Mauro con su eco-cámping?
¿Quién eres tú?
Un saludo.

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