Esto no va aquí cronológicamente, pero no me queda más remedio que meterlo con calzador porque
ME ROBARON LA BICI
Llegué a Santiago el miércoles pasado. El jueves salí con la bici para ir a San Diego, una calle llena de tiendas de bicicletas para comprar una parrilla delantera y alguna movida más. Pero antes de eso me detuve en el centro Gabriela Mistral, una especie de Laboral en plena calle Alameda, en el centro de la ciudad. Dejé la bici candada en una reja junto a un aparcabicis que estaba lleno y entré a coger el programa del Festival Internacional de Documentales.
Salgo y me siento en un banco al sol (un sol muy rico, por cierto) a hacer crucecitas en los documentales que quería ver, a escasos 15 metros de la bici aunque me la oculta una columna enorme.
Cuando acabo voy a por la bici y no está ahí. Me pongo a mirar todas las bicis una por una. Lo típico, que al principio piensas que no la has dejado en ese sitio y te resistes a creer que te la han robado. Pero no, no es ninguna de las que hay ahí. Me fijo un poco más y encuentro el candado de la bici cortado. Y claro, ahí ya me tengo que rendir a la evidencia. Además, en el lugar de la mía hay otra bici supercutre sin candar.
Os ahorraré todas las imprecaciones, interjecciones, blasfemias, invectivas, palabras malsonantes y menciones a la familia y allegados del ladrón porque os las podéis imaginar.
Hablé con los de seguridad y me dijeron que ninguna cámara apuntaba al sitio donde la había dejado, sino sólo al aparcabicis -lo que tiene bastante lógica-, pero que revisarían las grabaciones y me dirían algo en dos días. Volví el sábado y no, no habían conseguido ver nada. No es que yo esperara recuperar mi bici de esa manera, pero no me habría importado ver el vídeo para poder focalizar mi odio y mi rencor en alguien de carne y hueso.
La verdad es que me hice a la idea muy rápidamente, lo que no evita que durante todo ese día repitiera toda la sarta cada vez que me acordaba de ella y que me emparanoiara observando cada bici que me cruzaba (y en Santiago hay muchas bicis). En realidad el robo es una cosa con la que contaba, aunque siempre pensé que no iba a ocurrir. Peor sería que me robaran una pierna.
Ahora ya tengo localizadas dos bicis de segunda mano que me podrían servir. No son mi bici, que ya nos conocíamos perfectamente, pero podrían servir.
Para no caer en una espiral de amargura, alcoholismo y delincuencia me ayudaron mucho el tiempazo que hizo todos estos días, el Festival, la gente que conocí, la gente que ya conocía y la prespeztiva de irme a la Isla de Pascua gracias al pedazo de regalo que me hacen mis padres.
Ya han pasado 6 días desde el día de autos. Durante este tiempo he evitado cuidadosamente el tema en los correos que os he escrito a algunos porque prefería ordenar las ideas antes de contar nada. Además no quería que la historia se transformara por boca de terceros y acabara en que me secuestró una banda de indios mutantes obligándome a realizar actos contra natura con un guanaco en el cráter de un volcán.
Así que nada, todo bien y mañana a las 8 de la mañana cojo el avión hacia la Isla de Pascua, donde estaré 9 días 9.
Hablé con los de seguridad y me dijeron que ninguna cámara apuntaba al sitio donde la había dejado, sino sólo al aparcabicis -lo que tiene bastante lógica-, pero que revisarían las grabaciones y me dirían algo en dos días. Volví el sábado y no, no habían conseguido ver nada. No es que yo esperara recuperar mi bici de esa manera, pero no me habría importado ver el vídeo para poder focalizar mi odio y mi rencor en alguien de carne y hueso.
La verdad es que me hice a la idea muy rápidamente, lo que no evita que durante todo ese día repitiera toda la sarta cada vez que me acordaba de ella y que me emparanoiara observando cada bici que me cruzaba (y en Santiago hay muchas bicis). En realidad el robo es una cosa con la que contaba, aunque siempre pensé que no iba a ocurrir. Peor sería que me robaran una pierna.
Ahora ya tengo localizadas dos bicis de segunda mano que me podrían servir. No son mi bici, que ya nos conocíamos perfectamente, pero podrían servir.
Para no caer en una espiral de amargura, alcoholismo y delincuencia me ayudaron mucho el tiempazo que hizo todos estos días, el Festival, la gente que conocí, la gente que ya conocía y la prespeztiva de irme a la Isla de Pascua gracias al pedazo de regalo que me hacen mis padres.
Ya han pasado 6 días desde el día de autos. Durante este tiempo he evitado cuidadosamente el tema en los correos que os he escrito a algunos porque prefería ordenar las ideas antes de contar nada. Además no quería que la historia se transformara por boca de terceros y acabara en que me secuestró una banda de indios mutantes obligándome a realizar actos contra natura con un guanaco en el cráter de un volcán.
Así que nada, todo bien y mañana a las 8 de la mañana cojo el avión hacia la Isla de Pascua, donde estaré 9 días 9.
9 comentarios:
que mala lo de la bici! pero seguro que será compensado de alguna forma con Isla de Pascua :) compra un candado anti todo y llámame para que te cuente sobre Perú. Un abrazo
Meca! Qué mala suerte!! Y el resto de tus cosas?? Bueno, mejor ahí que en mitad de la nada. Pues muy bien, el regalazo te viene genial para consolar la pena. Ahora a disfrutar la Isla de Pascua!!!
Besazos.
PD: lo he leido.
Qué mal y qué bien, no? Lo de Isla de Pascua te curará todas las penas, seguro. Un besazo.
Lore
vaya, sin bici esto pierde todo interés, me paso al blog yoko y hiro alrededor del mundo (en japones)...
(tráeme un huevo de pascua...)
un abrazo
luiscas
Pues en el fondo te han hecho un favor. Meter la bici en el avión y con el barro que hay allí...
A modo de exorcizar la comprensible ira propongo un par de conjuros:
UNO
Este segundo es más castizo, aqunque igualmente efectivo
DOS
(por supuesto debe entenderse en sentido metafórico, claro)
un abrazo fuerte y a seguir disfrutando, aunque sea andando
Hola Jose. Gracias. Te llamo a la vuelta a ver qué me cuentas.
Rosina: Gracias. Aún me falta por escribir el otro.
¡Lore! Sí, como premio de consolación no está mal. Pero podría haber tenido una cosa sin perder la otra. Grrrrr. En fin. Pero en serio que bien ¿eh?
Luis ¡no, que me compro otra y sigo! Huevos no, pero flores de pascua (que no tienen nada que ver con la isla) asín de grandes sí que hay.
Sergio, cabronazo. Muy buena la del Makaroff. Y no te creas, que la otra me vino a la mente varias veces. La versión inglesa del blog empieza tal que así: my bike was stolen, last night while I was sleeping. ¿Conoces el barro de la Isla de Pascua? Bueno, ya hablamos.
Besos y abrazos a todos.
NOOOOOOOOO no es possible!!!! La bici no lo puedo creer!! Pobre Miguel! Que va a pasar ahorra, vas a trotinar en toda la america del sur!!! Intente de escribirte un mail por hotmail pero no se si le recibiste, entonces probo con tu blog. Somos en Pichilemu y mañana vamos en Santiago para una semana algo asi. Espero que podriamos encontrarnos alla.
hasta luego
Elodie la amiga de Duran
Querido Anacardo.
Estoy como Lina Morgan, véase agradecida y emocionada por la sorpresa.En breve tendrá réplica.Besos a garruchales
Tranqui, tronqui... te apunto el enlace de una canción de Sergio Makaroff que narra una historia similar a la tuya. Aunque bueno, mal de muchos...
http://www.goear.com/listen/97412cd/tranqui-tronqui-sergio-makaroff
¡Enhorabuena por tu aventura!
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