Extra I - Equipaje

Cuando despliego todo mi equipaje para reacomodarlo por las distintas alforjas (algo que hacía prácticamente cada día al principio del viaje) no me explico cómo puede caber todo encima de la bici. En total es un montón de peso, pero va muy compactado y firmemente sujeto a los transportines.

No sé cuánto peso llevo, pero yo diría que en total la bici pesa más que el vespino de Dani Boal. Los primeros días me costó adaptarme al peso de alante, que dificulta mucho el manejo del manillar. Se me solían cansar mucho los brazos e incluso las cervicales, pero ahora ya voy mucho más relajado. De todas maneras, empujar la bici de ramal cuesta arriba es una ardua (arduérrima) tarea.

Aprendí un truco de otro español para que la bici no se te vaya para todos lados cuando estás parado y tienes que sacar algo de una alforja: con un cacho de cámara (elástico) se bloquea la maneta del freno delantero.

Truco del almendruco nº 1
El equipaje que llevo va repartido temáticamente por las alforjas:
  • alforja pequeña I: dos mudas de ropa de ciclista
  • alforja pequeñaII: ropa de bonito (poca) y pies de gato
  • alforja grande I: comida y material de cocina
  • alforja grande II: saco y herramientas y repuestos de bici
  • mariconera (bolsa colgada del manillar): pasaporte, cámara, prismáticos, dinero...
  • colocado por ahí encima con pulpos y redecillas de moto bien prietos: esterilla, tienda, mochila, parrilla y tostador de pan
Lógicamente, el peso de la alforja de la comida es el que más fluctúa.
Poco a poco he ido regalando cosas que decidí que me sobraban. Camisetas, calcetines, una toalla, un libro de constelaciones (que resultó ser del hemisferio norte y aquí no funciona), un plástico enorme...
Es una pasada cómo poco a poco cada cosa va encontrando su sitio y, para una persona como yo con poca memoria (para lo que me da la gana, también es cierto), es sorprendente que encuentre todo a la primera.
Por cierto, la tienda nueva es un flipe: se monta en un minuto y medio y pesa menos de dos kilos. No fue barata, no.
El tema de los adormecimientos está casi solucionado. Variando las distancias e inclinaciones del sillín y del manillar he solucionado uno definitivamente. Para el de la mano derecha he modificado mi cabalgadura con un artilugio de última generación desarrollado en la Universidad Pontificia de Valparaíso. Aún está en modo de pruebas, pero parece que puede funcionar.

Truco del almendruco nº 2

1 comentarios:

Vikinga dijo...

Muy bueno lo del libro de las constelaciones, es increíble como acostumbrados a una normalidad cuesta ver que no es la de todos. He visto un título de un libro recientemente que me ha gustado mucho: Creen los peces del estanque que el océano es redondo. Cosas que sólo suceden cuando a tí te pasan

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