38 - Lunes 9 de agosto de 2011 - La Serena y Valle de Elqui

Como creía que el camino desde Viña hasta San Pedro de Atacama podía ser bastante monótono (2000 km de puro desierto), hace ya tiempo que decidí hacerlo en autobús. Pero me daba rollo saltarme todo de una tacada sin ver al menos una zona intermedia. Esa zona fue el Valle de Elqui, perpendicular al mar, que arriba del todo hace frontera con Argentina, a 4800 m, aunque mi intención era subirlo y bajarlo por el mismo sitio.
Desde el principio del viaje me llevan repitiendo que que es un valle muy guapo y que es el lugar más energético de Chile, así que iba un poco acojonado. No obstante, en Santiago escuché una conversación ajena en la que una elqueña explicaba que, según los expertos (?!), ahora la energía biocósmica (???!!!) se ha desplazado hacia Punta de Choros, un poco más al norte y en la costa, debido a la sobreexplotación del tema y a la afluencia masiva de jipis falavella (Falavella es como El Corte Inglés). Bueno, que sea lo que Ishtar quiera.
Para subir el Valle de Elqui hay que ir a La Serena que, junto con Coquimbo, hace un dueto como el de Viña-Valpo: una es la playa y el otro el puerto, aunque sin ser turísticos.
En El Paine, hace la de dios, conocí a Chico y a Tomás, que están por ahí en el vídeo del hielo de colores. Chico estudia en Santiago pero es de La Serena. En Santiago no pudimos coincidir para vernos, pero me dijo que cuando pasara por La Serena que le llamara porque fijo que sus padres me alojaban. Como soy un sinvergüenza, no hablé con él a tiempo, así que dejé ese tema para cuando regresara del Valle y me fui a un hostel.
El día siguiente salí tardísimo. Hice sólo 20 km y dormí casi al lado de la carretera, pero por fin salí montando la nueva bici.

Durante el día hace un sol abrasador (aunque estamos en invierno) y por la noche hay helada. Las laderas del Valle son un secarral con, a veces, cactus y las vegas del río son un vergel (sí, vergel, VERGEL, ¿qué pasa?), aprovechando hasta el último resquicio para plantaciones de todo -alcachofa, palta (aguacate), naranja, mandarina, papaya...- que a medida que se asciende se van sustituyendo para acabar dominando totalmente las viñas de uva pisquera.

El pisco es el destilado más popular de Chile. Son muy típicos de todo el país el pisco sour como aperitivo (con huevo y limón, muy azucarado y que te asegura un resacón si bebes demasiados) y el piscola (no precisa explicación), que es con lo que se embriaga habitualmente la juventud en los botellones. Perú y Chile mantienen una disputa (con perdón) sobre la autoría del pisco. Yo no sé, pero lo cierto es que en Perú hay una ciudad que se llama Pisco y en Chile no.
En la parte alta del Valle están todas las bodegas pisqueras y hay anuncios por doquier.

Algunos de ellos alimentando viejas rencillas
Las sensaciones con la bici son buenas. Ruedo mejor que con la otra y está más equilibrada. Hace mucho calor y me noto bastante flojo después de un mes y medio de inactividad, pero estoy muy contento de volver a darle, solos los dos, yo y mi Babieca, mi Rocinante, mi Bucéfalo, mi Incitato, mi... mi Imperioso.
Primer pinchazo ¡en asfalto! Cagondiógeno. Un poco más arriba el segundo. Uf. Al final entre la subida y la bajada tuve 7 pinchazos (3,5 veces más que en los 4000 km anteriores). Las cubiertas son de ciudad y no aguantan este peso. Y también rompí un radio.
Tener tantos pinchazos en una jodienda muy grande. No sólo por tener que parar y cambiar la cámara, que ya jode de por sí, sino porque te emparanoias y estás continuamente mirando las dos ruedas convencido de que están un poco deshinchadas y que has vuelto a pinchar. Y claro, no, no has vuelto a pinchar. Pero cuando consigues abstraerte del tema ¡otra vez! Y así continuamente hasta que regresé a La Serena. Ya me pasó en la transpirenaica hace años, elevado a la enésima, y fue una tortura para la moral.
Bueno, que me lío. Conseguí llegar a Vicuña, el pueblo más grande del Valle, ya anocheciendo. Me lo habían advertido en la oficina de turismo de La Serena y aquí me lo repiten: que no acampe en las cercanías de Vicuña porque ha habido robos a campistas durante este año. Pido precio en una pensión, pero veo que hay un circo en el pueblo y decido pedirles que me dejen acampar con ellos. Pregunto en la puerta, llaman al dueño y sí, me dejan. Así que me adentré en el campamento del Circo Real de España.

Me indicaron dónde poner la tienda, la puse y me fui al mobilón de Lolo, el propietario y director, para tomar un té y charlar.
El circo, que no tiene nada que ver con España, me habría encantado que fuera algo entre el Circo de Ángel Cristo y la Feria de Carnivale, pero no, el Circo Real de España es muy piquiñín y no tiene ni leones ni mujer serpiente. Aunque sí que tiene ¡¡¡Esfera de La Muerte!!!

Luciano, el motorista más joven del mundo en la
Esfera de la Muerte (ahora sin vehículo)
Por la mañana estuve holgazaneando durante bastantes horas viendo cómo levantaban la carpa.

La suya es más grande
A mediodía me despedí y seguí subiendo el Valle. Más calor, más subida y más pinchazos. Una parada para tomar un zumo riquísimo de copao, el fruto de un cactus de la zona

y seguir. Cuando tras el cuarto pinchazo ya no me quedaban más cámaras enteras paré, me senté y pensé. La decisión fue pedir que me subieran en un pick-up hasta el cámping, a 10 km.

Quizás a esto se referían con lo de los jipis falabella
Pasé una noche en el cámping y no noté nada de energía. Pensé que iba a ser algo así como cuando vas al área recreativa de Bueño, que sientes que el lugar es un vórtice energético brutal, con todos esos cables zumbando por ahí, pero no.
Por la mañana emprendí el descenso. Me apetecía hacerlo del tirón hasta La Serena (120 km de bajada -con repechos-) pero prefería volver a parar en Vicuña, donde el circo, y asistir a la primera función. Volví a pedir permiso para acampar, me lo dieron y acampé en el mismo sitio. Había cambiado bastante, porque ya habían terminado de montar, con luces y todo.

Estaban ultimando los preparativos y ayudé en lo que pude, que fue poco. Le pedí a Lolo que me dejara ver la función desde el coreto (bambalinas) y me dio permiso. ¡Qué emoción!
A las 21:00 empezó a llegar el público y a las 22:00, como la gente se mareaba y el niño se meaba, empezó la función. El Circo Real de España es el típico en el que el mismo que hace de presentador, es payaso y trapecista. El coreto es un espacio vacío sin nada de glamour: los artistas vienen de sus caravanas ya vestidos y sólo están un momentín antes o después de actuar. Pero me moló mucho verlo desde allí. Incluso alguna vez corrí el telón de lentejuelas para que salieran a la pista. Muy guay. Me acordé mucho de Carlos, mi hermano.

El día siguiente continué bajando el Valle, con más pinchazos, y llegué a la casa de la familia de Chico al atardecer, con la llanta trasera tocando el suelo. Me recibieron con los brazos abiertos Marcelo y Deborah, los padres de Chico, y Marcelo, su hermano. Viven en la parte alta de la ciudad en una casa cojonuda con vistas sobre toda la costa.

Marcelo y Deborah se iban en furgoneta a San Pedro de Atacama para que Laura, la alemana que tienen de intercambio por el cole de los hijos, conociera el Norte. Así que me quedé con Marcelo y con su hermano todo el fin de semana, en la ex-habitación de Chico y dejándome agasajar y guiar por la zona.

El lunes compré cubiertas y cámaras nuevas para la bici. Me costó mucho encontrarlas por culpa de la medida rara de la rueda. Esto puede ser un problema en otros países más al norte. A ver.

No me conocían de nada y los Figueroa-González me abrieron las puertas de su casa de par en par. Acojonante. Bueno, tan acojonante como Nils y Shirin en Temuco, Marina y Pablo en Viña o tantos otros. No tengo palabras.
Gracias a eso me mereció la pena parar en esta zona. Pero si no, la verdad es que no habría pasado nada por ir directamente a Atacama o haber parado en otra zona. Además, da como cosa hacer el camino de ida y vuelta. No da la idea de estar viajando.

Entiendo que con esto pretenden atraer a la clientela, sobre todo a los niños

Y con esto a sus papás y hermanos mayores


2 comentarios:

Felipe Díaz dijo...

Hola

Que bueno ver que has retomado tu blog.

2 Cometarios. Chile si tiene un lugar llamado Pisco que corresponde al mismo valle de Elqui, pasado Paihuano y Montegrande (pueblo donde nació Gabriela Mistral) llamado PISCO ELQUI, que se origina en el siglo XIX.

El 2do corresponde a los neumáticos. Pude ver que tu bici usa neumáticos delgados. Para evitar los pinchazos que creo que deben ser llantazos, debes usar la presión de aire que indica el neumático. Mide el aire con la bici cargada. Yo llevo ya usando ese tipo de neumático ya hace 2 años y generalmente pincho cuando la rueda anda blanda.

Saludos

YO, ME, MÍ, CONMIGO dijo...

Hola Felipe.Te respondo a los dos temas:

-Pisco de Perú existe desde 1640.
Sin embargo, cuando Gabriela Mistral nació, el pueblo todavía se llamaba La Unión. En 1936 le cambiaron el nombre por decretazo y pasó a llamarse Pisco Elqui.
Parece más bien una burda maniobra para apropiarse de la autoría de la bebida.
Insisto, yo no sé, pero...

-En los pinchazos hubo un poco de todo. Sí, hubo llantazos, pero también pinchazos por clavos y cristales. Las cubiertas (neumáticos) estaban gastadas y no tenían refuerzo. Además, llevaba cámaras de 700x22 (cuando las cubiertas eran 700x35), que yo creo que estaban demasiado tirantes.
O sea, todo mal.
Las cambié y ahora me va estupendamente. Y ya las he puesto a prueba en bajadas despendoladas por ripio.

Gracias por los comentarios.

Otra cosa, y me vas a perdonar, pero por más que pienso no caigo en quién eres. Lo siento.

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