45 - miércoles 19 de octubre - Yacuiba-Santa Cruz

Flipé mucho con esta pintada en Yacuiba. Me cuesta creer que la fama de esa ínclita
pareja haya traspasado fronteras y más bien me inclino a pensar que el autor
pretendía insultar a la tal Marialena llamándola "perra", pero me queda la duda.
Sea como fuere, esta foto se la dedico a Pedro, Vítor, Roberto, Chus, Papá y a todos los fans

Yacuiba, ciudad fronteriza con Argentina, con poco (ningún) interés para mí. A pesar de ello me quedé dos días a causa de un tomentón vespertino que me metió un poco de miedo a andar por ahí a la intemperie los días siguientes. Ese fue el primer indicio de lo que más tarde supe que era un fenómeno impepinable:

un día de viento sur + un día de viento norte = lluvia jevi

En la pensión la primera noche se rompió la llave de la habitación y la pasividad del personal (grrrrrrrrrrr) hizo que no pudiera entrar hasta las 13:00 del día siguiente. Acostumbrado a estar siempre rodeado de mis muchas cosas, esa noche dormí raro.

Más plazas ultracuidadas

Hay toborochis por todas partes. Muy guapos
El día que empecé a pedalear el cielo estaba azul y el viento venía del sur, leve pero constante. En principio era bueno porque me empujaría hacia el norte. Intenté salir lo más pronto que pude, puesto que había comprobado los días anteriores que a mediodía el sol casca mucho, pero al final lo hice a las 7:30, ya con calor.
Asfalto bastante llano: la mejor terapia después del infierno altiplánico. Pero a medida que avanzaba el día el calor iba aumentando. Además, el viento sur, supuestamente molón, no afecta si vas a la misma velocidad que él, de manera que el resultado era un día sin viento, calmo y caluroso. A las 11:30 ya me di cuenta de que no podía seguir con esa solana, pero hice un esfuerzo para llegar a un pueblín que había visto en un folleto que tenía una laguna con muy buena pinta. Después de perderme en un laberinto de pistas y con un calor de la virgen llegué por fin a la laguna, encerrada tras un cercado inexpugnable. Después de un rato de merodear para ver cómo podía entrar y pensando incluso en la posibilidad de abrir un agujero en la cerca (alambrada de cuadraditos), apareció el puestero (guardés) en avanzadísimo estado de embriaguez, por lo que puestero le venía al pelo, y me farfulló una y otra vez -con esa repetitividad de borracho- que no podía dejarme entrar sin permiso del dueño. Cuando ya estaba montado para irme me llama: "¡Maestro! (que acá es como ¡jefe! o ¡artista!), entre". Y entré y estuve unas horas en la laguna bañándome y mirando pájaros.
Con la fresca -que no es nada fresca, pero al menos no se te derrite el cerebelo- recuperé la carretera principal y en el primer kilómetro paré a tomar unas cervezas y, más tarde, cenar por 1,4 €. Insisto mucho en el tema de los precios, pero es que es muy jevi. De todas formas, después de un tiempo por aquí te acostumbras y vas aprendiendo qué es barato y qué no lo es. Y a veces te sorprendes regateando por 50 céntimos (de €).
Hablando con la paisana me dijo que si estaba loco, que si no sabía que había lagartos (yacarés, cocodrilos) en la laguna. ¡Glups! Incluso había nadado un poco por el centro de la laguna. Pero luego la paisana añadió que también se sospecha que hay una víbora gigante, que es la que hizo desaparecer a varios soldados del regimiento de cóndores, que tiempo atrás hacían maniobras y entrenamientos allí.

Esto le quitó un poco de credibilidad a lo primero, puesto que no vi ninguno y los patos estaban muy tranquilos. Pero qué estupenda anécdota para el blog habría sido cualquiera de las dos historias.
Los días siguientes (cinco más) no tienen mucho que contar. Fueron 600 km en total bastante monótonos, pero lo cierto es que estuve encantado de poder pedalear y avanzar y, de esa manera, reconciliarme con la bici y con el viaje.
Como ya dije en otro sitio el Chaco es una llanura enorme con estaciones de lluvia y seguía muy marcadas (sí, Vítor, aquí también), así que recuerda bastante a una sabana, aunque con muchos más árboles. Pero son todos chaparros, espinosos y de hoja finuca, como en la sabana.
La monotonía viene dada por el paisaje a los lados de la carretera, que es guapo pero todo igual, y el desnivel mínimo (aunque hay una zona de 200 km en que se acerca a la cordillera, con algunas subidas y variaciones de paisaje).
A los lados de la carretera hay:
  • bosque de ese que digo
  • plantaciones enormes y barbechos
  • basura: el top 3 son las botellas de refrescos, las bolsas de plástico negro y los pañales de bebé usados. El Niño Jesús debe de estar revolviéndose en su cuna.
Los atardeceres fueron muy espectaculares, con la puesta de sol de colores, las bandadas de loros gritones volando hacia los dormideros, las cigarras metiendo bulla y pájaros de canto raro por todas partes: hay uno que suena como morse, otro como interferencias de radio, otro como el final del partido, otro como cerrar el coche con el mando, otro como un cartel oxidado mecido por el viento, otro que manda callar y otro que silba a las chavalas. Pero no pude ver a ninguno.
Hice algo más de 100 km diarios de media, si quitamos del cálculo un día que hizo viento patagónico -aunque caliente- del norte. Con el secarral que es esto era difícil protegerse del polvo y ese día sólo hice 35 km.

Contrasta mucho el aspecto invernal del monte con el calorón. Se hace raro
Conseguí madrugar casi todos los restantes días (entre las 5:00 y las 6:00), pero tuve la suerte de que varios días estuvo nublado y pude pedalear toda la jornada.Un día confirmé lo que ya sabía pero aún no he comentado: que los macarrillas de Sudamérica escuchan (aparte de la sempiterna cumbia) gitanadas tipo Chichos, Camela y Azúcar Moreno.
Otro día en un pueblín flipé con un guaje de 7 años que se sabía los precios de absolutamente todos los artículos de la tienda donde curraba y que sumaba mentalmente precios más rápido que yo (hice pruebas de ambas cosas). Me dieron ganas de enseñarle a jugar al julepe y hacerme su apoderado.
Otro día pasé por un pueblo en el que la noche anterior había producido estragos. Encontré varios como este.

Alguna gente bebe unas botellinas de plástico (como la de la foto) con "alcohol potable de 96º", que da bastante mal rollo. De todas formas, no me atreví a despertarle. Aunque debería haberlo hecho o, al menos, haberlo apartado de ahí.
Otra curiosidad muy bizarra: toda esta zona está petada de menonitas. Los Menonitas son una secta religiosa descendientes directos del movimiento anabaptista del siglo XVI, contemporáneo de la Reforma Protestante (toma cortaypega). Para no meter mucho rollo, es más fácil si digo que los Amish de "Único testigo" son menonitas, aunque hay muchas variantes. Los de aquí, desconozco por qué razón, sí utilizan electricidad y maquinaria agrícola a gasolina, y se les ve montados en coches y mototaxis, aunque nunca los he visto conduciendo.

La mayoría son de origen canadiense, instalados inicialmente en Paraguay.

Viven en comunidades muy alejadas de la carretera principal, pero es normal verlos en los pueblos y ciudades cuando van a hacer gestiones o vender productos agrícolas. Son muy curiosos de ver: los hombres van todos exactamente igual vestidos y pulcramente afeitados y ellas con muy poca variación, mujeres casadas con un pañuelo en la cabeza. Hablan un idioma que no entiendo, que por lo visto es suizo-alemán antiguo. Y parece ser que tienen sus propias leyes, que aplican a su manera.
Por aquí no se les tiene mucho aprecio, aunque buena parte de la economía de la región depende de ellos y son los que han traído las técnicas agrícolas modernas. Los llaman menonas o menonos.
Tampoco se tiene mucho aprecio a la comunidad japonesa que vive en el norte de Santa Cruz, en las poblaciones de Okinawa 1, Okinawa 2 y Okinawa 3. Se dedican a la agricultura extensiva desde su llegada para trabajar en Brasil-Perú-Bolivia como caucheros a finales del s XIX, aunque la mayor inmigración se produjo tras la II GM.
También hay por aquí pueblos que se llaman Hawai, La Bélgica, Siberia...
Varias veces me vi obligado a acampar al lado de la carretera porque se me hizo de noche. Para el ruido del tráfico (es una de las carreteras principales desde Argentina, desde Paraguay y desde Brasil) usé los tapones de oídos de Marinske. Muy útiles, pero un poco inquietantes, al aislar tanto. No obstante, todas esas veces pedí permiso para acampar delante de alguna casa y me sentía un poco más protegido.
El resto de noches acampé más metido hacia las plantaciones y los bosques, sin tapones pero sobresaltado cada poco por el final del partido y asomándome cada vez que creía que pasaba una chavala.
El día después del viento del norte llovió, como ya debería de haber previsto. Era la última etapa y durante los últimos 50 km llovió casi todo el tiempo con viento y chaparrones más jevis momentáneos. Como el final de etapa era en un hostal de Santa Cruz, no sólo no me importó sino que hasta me prestó.
Los días siguientes se puso a llover más duro y enfrió, y ya no habría molado tanto.
Santa Cruz de la Sierra es la ciudad princiapl del Oriente. Enorme, con un centro en cuadrícula española (como el 99,9% de los pueblos y ciudades de América Latina) y un extrarradio dispuesto en anillos, que facilitan mucho la orientación.

Si me dicen que es Villaconejos, me lo creo
El centro es muy colonial y el hostal donde me quedé también. Un poco caro para ser Bolivia (8 €) pero muy agradable. Agradablérrimo.

Con un patio central lleno de plantas tropicales (un v**gel), camas buenas, desayuno un poco pretencioso, guiris -que hacía mucho que no veía y me prestó- y un tucán muy cachondo, Simón, que era como un perrín y el rey indiscutido del alojamiento.

Tranquilo, si es muy bueno, si no hace nada...
El domingo eran las elecciones al Tribunal Constitucional. Una movida un poco rara (más rara aun porque se prohibió hacer campaña) pero que tuvo como consecuencia que desde 48 horas antes no se permitiera servir alcohol ni venderlo en los supermercados. Al final los bares te sirven la cerveza de tapadillo y los súper hacen la vista muy gorda.

El voto es obligatorio y se supone que por la calle hay policía pidiendo el certificado de haber votado. Aunque esto no lo entiendo bien porque siempre puedes decir que miraesquetengounpocodeprisaporquevoyahoramismoavotarymevanacerrarelcolegio. Como es obligatorio, la oposición a Evo hizo campaña pidiendo el voto nulo. Y tan bien la hizo, que a nivel nacional ganó el voto nulo sobre el válido y sobre el blanco. Toma ya.
Hace poco decía que a Evo le han crecido los enanos. A ver si lo puedo explicar un poco por encima, aunque me consta que en España esto está teniendo algo de repercusión y quizás ya lo sabéis todo.
Prácticamente todos los medios de comunicación bolivianos pertenecen a la oposición y se dedican a bombardear diariamente con acusaciones contra Evo y su gobierno. Una operación de desgaste similar a la de unos que yo me sé. A muchas de estas acusaciones se les ve el plumero sin falta de profundizar mucho. Junto esto con lo que oigo por la calle y filtro la información todo lo que puedo, pero es posible que me haya hecho una imagen incorrecta.
Para empezar, Evo ha perdido el apoyo de gran parte los indígenas, entre otras razones por el proyecto de una carretera hacia Brasil a través de la Amazonía, cuyas protestas en contra fueron salvajemente reprimidas. Acusan a Evo de promover el narcotráfico al facilitar el acceso desde la zona cocalera. Pero al mismo tiempo se sabe que los indígenas ven peligrar sus derechos sobre la explotación maderera del área, que venden bastante bien a empresas extranjeras que no siempre hacen las cosas como hay que hacerlas. Eso cuando no piratean la madera ellos mismos. La opsición cruceña ha tomado como propia esta causa supuestamente ecologista, cuando mucha de ella está compuesta por terratenientes que año tras año arrasan miles de hectáreas de bosque para abrir campos de cultivo de soja o maíz transgénicos que dan a lo sumo dos o tres cosechas antes de agotarse.

Evo quitó el subsidio sobre el combustible (es una cosa rara, pero el subsidio es universal para todos los bolivianos -independientemente de la actividad económica o los ingresos- que pagan sólo la mitad). Se le echó el país encima y tuvo que recular. A la vez, recientemente ha perdonado el IVA a las cooperativas mineras, que son uno de los pocos sectores que aún apoyan al gobierno públicamente.

Y así un montón de movidas. Principalmente acusan a Evo de ejercer un gobierno autoritario con represión sobre los que no están de acuerdo con él. Es muy frecuente leer por ahí "déspota", "tirano", "dictador"...

A todo esto se une que estoy en la capital camba. Cambas son los habitantes del Oriente y collas los del altiplano. El país está muy dividido y en Santa Cruz, que no se cansa de repetir que es el motor económico de Bolivia, no gustan ni la inmigración colla (que desempeña los trabajos peor pagados y si uno de ellos progresa en territorio cruceño rápidamente se le tilda de pichicatero - traficante de pichicata, cocaína-) ni que esté un indígena colla como presidente del gobierno.

Algo que me ha llamado mucho la atención es que los cambas acusan al gobierno de Evo de generar racismo contra los collas ("antes de Evo no había racismo"). Esto implica algo muy claro: que esos cambas admiten que son racistas pero tiran balones fuera.

Ya sé que la oposición siempre hace más ruido, pero lo que cualquiera puede ver es que Santa Cruz está lleno de pintadas anti-Evo y anti-Collas.

Sin embargo, me consta que el actual gobierno ha aumentado muchísimo el presupuesto de Educación, tirando de los beneficios de la "renacionalización" de los hidrocarburos. Además, está forzando la certificación internacional de las universidades bolivianas. Y los pueblitos del altiplano por los que pasé tienen electricidad desde hace sólo un año. Esto nadie lo dice, claro, y son sólo ejemplos de que el gobierno no está haciendo TODO mal.

Un best-seller que veo por todas partes es "Evadas", un libro con citas de meteduras de pata de Evo. No lo he leído, pero supongo que serán como esto o como esto otro. Alguien me contó que en un congreso chileno-boliviano de historiadores, en la conferencia de inauguración el orador se estuvo descojonando de Evo todo lo que quiso.

Por lo que he visto posteriormente la oposición a Evo es más fuerte en el campo que en la ciudad. La impresión general que me he llevado es que la división del país es tan fuerte, que hay un miedo real a que el gobierno esté favoreciendo que los collas se instalen en el Oriente. Una especie de "está trayendo a su gente a vivir entre nosotros".

En pleno centro de santa Cruz. Por circunstancias ahora mismo no tenía la cocina operativa, así que me quedé sin probar la cola de lagarto (yacaré, una vez más) hecha por un berciano en El Chaco boliviano.

Conocí a una ecóloga boliviana que está trabajando con el tema de las "terras pretas". Nunca había oído hablar del tema, pero a partir de ahí me lo he encontrado en varios sitios y me parece interesantísimo. A quien le pique la curiosidad que pinche aquí.
También eché bastante tiempo en buscar una guía de aves de Bolivia: tiendas, bibliotecas, editoriales, fundaciones, facultad de Biología... nada. Aún no la hay. Y la de Colombia, que por lo visto funciona bastante bien en Bolivia, inencontrable. Me jode mucho porque esto está lleno de pájaros (hay 1600 especies censadas en el territorio nacional) y no puedo hacer más que mirarlos sin saber cuál es cuál.
No hice mucho más.
Al cabo de unos días llamé a los padres de Stephanie, que me habían ofrecido alojarme unos días. Yo sólo le había pedido a Stephanie, en Jujuy, poder pasar por su casa para ver una cosa de la que hablaré en la próxima entrada. Pero a sus padres les faltó tiempo para invitarme a pasar unos días.
Y pallá que me fui.

Este árbol se cayó justo cuando yo caminaba a su lado. Casi me da un tabardillo

Estas dos para Isa

A ver si nos acordamos el 20-N

Esta para Pablo: dígame sr. maquinista ¿cómo funciona su locomotora?


3 comentarios:

Felipe Díaz dijo...

Estimado:

Pretendo ir con mi familia de viaje y he pensado ir a Bolivia, sin embargo tengo que elegir entre La Paz y Santa Cruz. ¿Es interesante turisticamente y culturalmente Santa Cruz?

Saludos

YO, ME, MÍ, CONMIGO dijo...

Hola Felipe:
Pues el caso es que yo aún no he estado prácticamente en el altiplano. Pero a un chileno yo creo que le sorprenderá más el Oriente, es decir, Santa Cruz y alrededores (El Chaco, Chiquitanía, Parque Amboró...).
Oye ¿por qué no me escribes al correo que hay arriba a la derecha y me preguntas más concretamente?
Y de paso me dices quién eres. Hace un montón que te lo pregunté a través del blog. Por más que me devano los sesos, no caigo.
Escríbeme, pero la respuesta puede tardar.

Anónimo dijo...

Budyyyyyy!!!!! Volverás? o ya te quedas por ahí?
Un beso enorme.
Cris

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