No creo ser el primer ciclista que cruza el Salar de Uyuni en la época de lluvias, pero el hecho de haberme encontrado a muchos ciclistas que, siguiendo los consejos de la gente local, no se han atrevido a hacerlo, sumado a la falta de referencias en internet, me ha decidido a publicar una entrada específica sobre el tema.
No soy un superciclista ni un temerario, pero sí podría ser un poco más escéptico y obstinado que otra gente. Prefiero ver las cosas por mí mismo que creer lo que me dicen. A estas alturas de nuestros viajes, los ciclistas ya sabemos de sobra que absolutamente nada es tan peligroso ni difícil como dice la gente local.
Cruzar el Salar con agua es duro por la dificultad que implica pedalear por agua y por la imposibilidad de descansar. Puede resultar un poco monótono y si tienes algún problema mecánico, estás jodido. Además, a tu bici no le va a gustar nada de nada: prácticamente todas las partes de tu bicicleta se van a cubrir de óxido. Pero tú eres su amo y señor y ella va a hacer lo que tú le digas, aunque se queje.
La satisfacción de completar el cruce, la sensación de ser el único ser vivo (pluricelular) en esa inmensidad, y la belleza del lugar, hacen que sea una de las experiencias más acojonantes de cualquier viaje en bicicleta por Sudamérica.
Lo mejor es evitar el altiplano en la época de lluvias (aproximadamente de diciembre a marzo -o mayo, dependiendo de el fenómeno El Niño/La Niña-). Los caminos empeoran mucho a causa del barro y todos los días llueve varias veces, siempre con tormentas.
Cuando yo crucé el Salar, a mediados de febrero, ya hacía varios meses que había comenzado la estación lluviosa en el altiplano. Poco a poco la inmensa cuenca del Salar, sin ninguna posibilidad de desagüe salvo la evaporación, se va rellenando de agua. Los días previos a mi travesía se redobló la intensidad de las precipitaciones, con aguaceros de lluvia y granizo de dimensiones bíblicas que causaron, entre otras cosas, desbordamientos de ríos, bloqueos de carreteras y un apagón eléctrico de 3 días en la mitad sur del altiplano. Este verano austral de 2012 ha sido el más lluvioso de los últimos 50 años.
Es de suponer, entonces, que me encontré el Salar en las peores condiciones posibles.
Si tu punto de partida es la ciudad de Uyuni, lo lógico sería preguntar en las agencias de turismo sobre las condiciones del Salar, puesto que sus conductores hacen diariamente los tours en 4x4. Durante los días que pasé en Uyuni pregunté y pregunté, esperando que alguien me dijera que sí, que era posible cruzar el Salar, y que me dieran algunos consejos. Pero todo lo que encontré fueron respuestas negativas y un poco vagas, asegurándome todos que era absolutamente imposible y que me dirigía hacia una muerte cierta.
Pero la gente de las agencias miente. Y miente deliberadamente. No sé por qué, pero mienten:
- mienten cuando dicen que es imposible
- mienten cuando dicen que es peligroso
- mienten cuando dicen que en el centro del Salar el agua es más profunda
- mienten cuando dicen que te puedes hundir en los "ojos del Salar"
- mienten cuando dicen que los grandes círculos te pueden tragar hacia las profundidades del averno
- mienten cuando dicen que no hay huellas de vehículos por las que guiarse
- y si te dicen que estás loco, también podrían estar mintiendo
Así que aquí está la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
MATERIAL
- chanclas o sandalias
- bici en las mejores condiciones posibles. No entres en el Salar con esa rueda que no está pinchada del todo pero que tienes que hinchar cada dos mañanas
- la bici debe tener pata de cabra o palo para apoyarla erguida, puesto que no existe un solo lugar seco
- crema solar
- la orientación dentro del Salar tomando como referencia las montañas cercanas es prácticamente imposible con tiempo nublado. Además, al ser una superficie tan plana, las distancias con muy difíciles de calcular a ojo. Es mejor utilizar GPS o brújula y fiarse de ellos. En el segundo caso es imprescindible tener experiencia previa en navegación con brújula.
- alforjas impermeables
- comida y agua para al menos dos días
- las baterías de todos los aparatos cargadas
Para descargar el track GPS en wikiloc
CONSEJOS
- Después de cada etapa, un buen método de lavado es dejar la bicicleta al raso bajo la lluvia.
- Es mejor madrugar para que no te pillen las tormentas eléctricas de la tarde
- Al terminar la travesía lavar, secar y engrasar las partes móviles de la bicicleta. Si no tienes gasolina para desengrasar o desoxidar, un baño de coca-cola al menos para cadena y piñones funciona muy bien.
- En esta época, con la sal cubierta por la lámina de agua no son necesarias las gafas de sol.
PASO A PASO
COLCHANI-HOTEL DE SAL
- La entrada al Salar desde Colchani puede sorprenderte y echarte para atrás. El agua llega hasta la rodilla y el fondo es arenoso, haciendo muy difícil pedalear. Esto se repite en todo el perímetro del Salar, cada vez que se entre o salga de él. Afortunadamente, en casi todos los pueblos hay una rampa construida que salva la peor parte.
- A los pocos kilómetros la profundidad se reduce mucho y el fondo del Salar se endurece.
- En algunas partes de las orillas la costra de sal se rompe y corta como el cristal. Cuidado al caminar.
- Después de 7 km se llega al Hotel de Sal (un hotel construido con bloques de sal, bastante feo). A su alrededor hay 3 sitios secos donde se puede plantar la tienda, y sólo uno de ellos protegido del viento, aunque es el más bajo de todos, apenas unos centímetros por encima del nivel del agua. En ninguno de ellos es posible clavar las piquetas en la sal, viéndote obligado a atar los vientos a objetos que pesen.
- No es posible comer en el Hotel si no se está alojado, pero venden cerveza y chocolatinas.
- El personal del Hotel es muy amable. Sin preguntarles me invitaron a dormir dentro, y me invitaron a cenar y a desayunar.
HOTEL DE SAL-ISLA INCA HUASI
- A partir del Hotel de Sal tanto la consistencia del fondo de sal como la profundidad del agua mejoran ostensiblemente, oscilando esta última entre la altura del tobillo y sólo la del dedo gordo. La sal del fondo es dura como el asfalto.
- En las condiciones típicas de la época de lluvias, las mañanas son muy tranquilas y a partir de las 14:00 comienzan a formarse tormentas violentas con aparato eléctrico que barren el Salar. Pero esto no es matemático y pueden ocurir todas las combinaciones meteorológicas que se te ocurran.
- Variaciones muy pequeñas en la profundidad del agua implican grandes diferencias en el esfuerzo necesario.
- La sal de color oscuro es más dura de pedalear, mientras que la más blanca es perfecta.
- Los grandes círculos son más difíciles de pedalear, pero no se hunden.
- Por la mañana el agua está bastante fría. A partir del mediodía se calienta.
- Hay muchas huellas de vehículos. Es más cómodo seguir una de ellas que mirar el GPS continuamente, pero el problema es saber si van en la dirección correcta.
- Las huellas son uno o varios centímetros más profundas que el fondo alrededor.
- A medio camino empiezan a aparecer los famosos "ojos del Salar", unos agujeros muy profundos, pero que en la mayoría de los casos no son más grandes que un pie. Sus bordes son duros como el hormigón. Es decir, es absolutamente imposible hundirse en ellos.
- El hotel de la Isla Inca Huasi está cerrado en esta temporada. Está guardado por una persona que no es muy amable ni conversadora. Tiene un panel solar (estropeado cuando yo estuve allí) y agua potable.
- La superficie enlosada delante del hotel es muy mal sitio para plantar la tienda porque se inunda.
ISLA INCA HUASI-TAHUA
- Entre los km 15 y 25 del trayecto hacia Tahua hay una parte muy mala en la que las juntas entre los polígonos que forma la sal están muy hundidas. Pedalear se hace muy difícil, parecido a lo que sería desplazarse por diez km de lomos de asno o un empedrado en el que faltan la mitad de los adoquines. A mí me provocó una contractura muy mala en el hombro izquierdo y la rotura de 3 radios de la rueda trasera (ambos previamente debilitados por otras causas).
- En Tahua no hay ni un solo sitio para comer, sólo una tienda y alojamientos ultracaros (a partir de 60 €). Pero en la Alcaldía dejan dormir por 25 bvs (2,5 €). No hay ducha.
- Desde Tahua hay dos caminos hacia Salinas de Garci-González, donde hay uno o dos autobuses diarios hacia Oruro. Un camino es prácticamente llano siguiendo la ribera del Salar hacia el Oeste, hacia Kakena, a 10 km. En el cruce que se encuentra 4 km más allá, girar hacia el Norte. El otro camino, hacia el Norte y visible desde el pueblo, es malo y con muchas cuestas pero más guapo, con vistas espectaculares rodeando las faldas del volcán Tunupa.
TAHUA-LLICA
Después de Tahua me fui al Carnaval de Oruro. Unas movidas inesperadas me obligaron a permanecer allí 10 días. Mientras tanto, el tiempo cambió radicalmente y tras un periodo de 3-5 días (dependiendo de a quien preguntara) de sol sin lluvias, el Salar había empezado a secarse. Las orillas se habían convertido en una salmuera espesa muy difícil de atravesar, incluso a pie. Además, el fondo del centro del Salar se había cubierto de unos copos de sal arrastrados desde las orillas por el viento y resultaba más difícil pedalear.
- La ribera norte del Salar tiene muchas entradas. Según la gente local unas son más profundas que otras. Preguntar.
- En Kakena, a 10 km de Tahua siguiendo la ribera del Salar hacia el Oeste, hay tienda, pero no alojamientos ni lugares para comer.
- 4 km más al oeste de Kakena hay un galpón en construcción (futura planta de procesamiento de sal) muy bueno para dormir. Da la impresión de que va a estar en contrucción durante muuuucho tiempo.
- 3 km al oeste del galpón vive una familia muy simpática y habladora. Información, conversación y agua.
- Frente a la casa hay una entrada al Salar, supuestamente demasiado profunda, que utilizan los camiones que cargan sal.
- 3 km al oeste de la familia se encuentra la cueva Chiquini. Una visita interesante. Capas ultrafinas de caliza, casi como papel.
- Frente a la cueva, hay una entrada al Salar. La siguiente entrada está bastante lejos.
- Siempre es mejor pedalear por el centro del Salar que por sus orillas. Lo mejor es entrar de forma perpendicular a las orillas hasta llegar a la parte buena, aunque esto implique trazar un gran arco o una "L" en lugar de una recta. Si no, estarás pedaleando sobre el lecho arenoso durante muchos kilómetros.
- Al igual que entre la Isla y Tahua, en este trayecto también hay una zona de baches sobre las juntas de los polígonos de sal.
- La parte más cercana a Llica es menos profunda.
- Los últimos km son difíciles debido a la poca consistencia del fondo.
- Desde el límite del Salar hasta Llica hay 10 km fáciles.
- En Llica hay alojamientos baratos, tiendas y sitios para comer (pero no esperes algo distinto al sempiterno pollo con arroz).
- Desde Llica un camino hacia el Oeste y el Sur lleva a la frontera con Chile, Cancosa, a 60 km. Una buena opción para evitar la multa por exceso de permanencia en Bolivia más allá de los 90 días, puesto que sólo está guardada por un retén militar. Otra carretera lleva hacia el Norte, por el Salar de Coipasa, hacia una frontera principal con Chile.
- En Cancosa sólo hay 10 habitantes permanente y un retén de carabineros majos (aunque sólo lo justo) que te invitan a comer al llegar. El oficial al cargo ha hecho viajes en bicicleta y es muy simpático. No hay tiendas ni lugares para comer.
- Desde allí el camino hacia Colchane cruza un paso por 5200 metros que no conozco. Hacia el Suroeste una carretera de 250 km desciende (con algunas subidas) hasta Iquique. La zona superior es muy guapa y totalmente desierta. La inferior cruza un desierto de arena y piedra con frecuentes vientos del Oeste (de cara) por la tarde.
1 comentarios:
me encanto! demasiado buenos los datos, increible leer esto, me alienta mucho a hacer la travesia
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